Estando San Pedro sentado en las orillas del río Jordán, triste y melancólico, llego Cristo y le dijo: ¿Que tienes, Pedro, que estas tan triste y melancólico? -me duelen las muelas a causa de unos gusanillos que las están moviendo- El Señor le dijo- Yo te concedo que no te duelan más las muelas, a causa de los gusanillos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Señor - suplico San Pedro- yo os suplicó que todos los que lleven estas palabras escritas sobre si, que no le duelan las muelas a causa de los gusanillos
El Señor se los concedió en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
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