Señor Dios, tú eres el Dios de lo imposible
Nosotros te pedimos cosas imposibles,
porque eres tú, y solo tú, quien puede transformar
las piedras en hijos de Abraham,
y hacer florecer como rosas las arenas del desierto
Solo tu, has hecho bajar pan del cielo
para saciar a tus amigos hambrientos,
y has hecho brotar agua de la roca para los sedientos
Tú abriste un camino en el mar infranqueable.
Tu hiciste fecundas las entrañas estériles y renovaste la vida de un anciano
Te pedimos lo imposible a ti, que naciste de una virgen
y que haces de la muerte la puerta de la vida.
Un sinnúmero de prejuicios, una infinidad de miedos,
malevolencias, incomprensiones, orgullos e ignorancias
cierran nuestro camino y la Iglesia aparece como incapaz de reflorecer
y nosotros incapaces de esperar una renovación total.
Por esto, Dios de lo imposible, permite que tu Iglesia sea una.
Condúcenos juntos a la casa de tu Padre,
donde hay innumerables habitaciones
Ayúdanos a morir cediendo a los demás todo lo que nos pertenece
incluso lo bello y lo bueno, para estar unidos sólo a ti
Que vuelvan todos los cristianos a casa, pero no a su casa, sino a la tuya
¿Es imposible, Señor? Por esto te lo pedimos a ti.
Bruno de Roect, místico flamenco