Novena y vida de San Daniel de Armenia. Para alcanzar milagros

San Daniel de Armenia

Considerándose muy favorecido del Glorioso mártir san Daniel, un devoto suyo, determinó sacar a luz esta breve noticia de sus virtudes con esta Novena, para que todos los fieles pudiesen lograr por medio de tan poderoso intercesor, las muchas gracias que Dios Nuestro Señor se sirve hacer a los que se le encomiendan de corazón: y para que el Santo agradezca mejor este Novenario, se advierte. que el que hubiere; de hacer esta Novena, procure principalmente hacer una buena, Confesión y Comunión; abstenerse en estos días en cuanto se pudiere de divertimientos profanos, hacer cada día alguna obra buena en memoria del Santo, como limosnas, ayunos, y otras obras pías, y hacer la Novena con toda devoción, y confianza en su patrocinio

    MODO
De rezar la Novena al glorioso San Daniel
Hincado de rodillas, con profunda reverencia delante de algún altar ó imagen de san Daniel, avivaras la fe, y esperanza, de que, por la poderosa intercesión de este Santo, te consolara la Divina Majestad a mayor gloria suya, y provecho de tu alma. Luego te ofrecerás de corazón y voluntad a tan glorioso Protector prometiéndole ser su devoto, y señalarte con todo lo que sea de su mayor  servicio. y aumento de este, y harás el Acto de Contrición  como se sigue.

ACTO DE CONTRICIÓN.
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor  mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido, y propongo firmemente la enmienda y de confesarme y de cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de mis culpas. Confió en vuestra bondad y misericordia infinita, que me perdonareis, y me daréis gracia para enmendarme y perseverar en vuestro Santo servicio hasta la muerte. Amén.

DÍA PRIMERO DE LA NOVENA
Dios y Señor, que miráis como a las niñas de vuestros ojos a los inocentes y humildes de corazón, y que concedisteis a vuestro querido siervo Daniel, ser tan inocente, que toda su vida conservó indeficiente las bellas luces de la primera gracia, y tan humilde, que olvidando la grandeza de su linaje se admiraba en un hospital sirviendo a los pobres enfermos, siendo de edad de trece años. Suplicote Señor por tanta humildad, é inocencia, me concedáis un corazón limpio, y apartado de todas las vanidades de la soberbia, para que meditando así al inocente y humilde Daniel, merezca vuestros divinos agrados, y la gracia especial que os pido en esta novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Aquí pide cada uno al Santo con confianza lo que desea alcanzar, y rezara tres Padre nuestros, y tres Ave Marías.
Después dirá la Oración siguiente, que servirá para todos los días, y tiene concedida 40 días de perdón, el que 1a rezare con devoción delante alguna imagen del Santo, y lo mismo por cada Padre nuestro y Ave María, concedidos por el Ilustrísimo y Reverendísimo Señor D. Fr. Benito de Sala, Obispo de Barcelona.

ORACIÓN A SAN DANIEL.
Suplícote Daniel Santo pidas al Omnipotente Dios, que así como todos los días despertamos del sueño natural, despierte nuestras almas del sueño del pecado y feas tinieblas de los vicios, así como a Enoc, y Elías libro de la muerte común, a Noé del diluvio, a Job, de sus trabajos, a Moisés y pueblo de Israel, de la tiranía de Faraón, y de la suerte que tú, ó Santo y Abogado mío, glorioso por la virtud divina, fuiste libre de los lazos del mundo, de los engaños del demonio, de llamas, fuegos, furiosas aguas y del lago de los leones, subiendo después de esto tu alma a gozar eternos laureles en la gloria.
Así mismo, santo mío de Dios amado, líbranos a todos de los engaños del siglo, de enfermedades pestilencias, agudas fiebres, y pérdidas del cuerpo y del alma, para gloria de la Majestad Divina, a quien por tu intercesión, ó Santo mío, suplicamos nos conceda lo que pedimos. Amén. Luego se hará al Santo, la suplica de la gracia y favor que más se pretende alcanzar, y se concluirá con la Antífona y Oración siguiente.
ANTIFONA.
Qui odit animam suam. in hoc mundo, in vitam aeternan custodieam.
Justus ut palma florebit.
Sicut cedrus libani multiplicabitur.
OREMUS.
Praesta quesumus Omnipotens Deus: ut intercedente Beato Daniele Martyre tuo, & a cunctis adversitatibus liberemur in corpore, & a pravis cogitationibus mundemur in mente. Per Christum Dominum nostrum. Amén
El que quisiere decir los Gozos, los hallara al último de la Novena.

DÍA SEGUNDO.
Después de haber hecho el Acto de Contrición, lo que observaras todos los demás días, dirás: Dios y Señor, que con prodigios y milagros, manifestáis en todos tiempos lo que os agrada la virtud de la obediencia y que llamando a vuestro siervo Daniel a la vida solitaria, no quiso emprender tan perfecto estado sin la voluntad de su madre, que dándole amorosamente su bendición, se partió para el desierto, a cumplir vuestro divino beneplácito, siendo recreado de ángeles que le trajeron del cielo una hostia milagrosa para su sustento: Suplícote Señor, por tan obediente siervo tuyo, que me concedáis un corazón rendido a vuestra santa ley, para que así merezca cantar las victorias que tenéis ofrecidas al varón obediente, y la especial gracia que os pido en esta novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Tres Padre nuestros y tres Ave Marías, con la Oración suplícote Daniel Santo, y al fin la Antífona y Oración como se dijo arriba.

DÍA TERCERO.
Dios y Señor, que con especial destino llamasteis a la soledad a vuestro querido siervo Daniel para hablarle, al corazón conceptos de luces tan claros, que en varias ocasiones descubrió los engaños del demonio haciéndole huir vergonzosamente suplicote Señor, por los méritos de este perfecto anacoreta me habléis al corazón tan eficazmente, que desvanecidas las tinieblas de mi entendimiento pueda conocer y vencer los engaños de todos mis enemigos, y la especial gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén
Tres Padre nuestros y tres Ave Marías, con la Oración suplicole Daniel Santo, Antífona y Oración, como está dicho.

DÍA CUARTO.
Dios y Señor, que con especial providencia diriges los pasos de los que evangelizan la paz, y para este fin sacasteis del desierto a vuestro amado Daniel, que entre persecuciones de tiranos poderosos levantó la voz de su predicación, convirtiendo muchos Paganos a la verdadera religión; Suplícote Señor, por el ardiente celo de tan fervoroso misionero que yo me convierta a Vos de todo corazón, y con mi buen ejemplo mueva a otros a seguir el verdadero camino de vuestra santa ley, para que  con repetidos méritos merezca conseguir vuestros especiales  auxilios, y la gracia especial que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Tres Padre nuestros y tres Ave Marías, con la Oración suplícote Daniel Santo, Antífona Oración como el día primero.

DÍA QUINTO.
Dios y Señor, que con maravillas prodigiosas os hacéis admirable en vuestros Santos, como lo manifestáis en el Santo mártir Daniel, que arrojado al fuego por la predicación de la Santa Fe, se mantuvo todo un día sin lesión entre las llamas, en- compañía de un santo ángel que le recreaba y daba alientos para burlarse del tirano: Suplícote Señor, por los grandes méritos de vuestro mártir Daniel, que me libréis de las llamas lascivas de la concupiscencia, y que en compañía de mi Santo Ángel de la Guarda, y con su especial asistencia pueda burlarme de las iras y amenazas del tirano Satanás y conseguir la especial gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Tres Padre nuestros y tres Ave Marías, con la Oración suplico te Daniel Santo, Antífona y Oración como el día primero.

DÍA SEXTO.
Dios y Señor Omnipotente que en vuestro querido mártir Daniel renovasteis el antiguo prodigio del mar rojo, cuando siendo arrojado a las corrientes de un caudaloso rio, atado de pies y manos, se dividieron milagrosamente las aguas, respetando la gran santidad de Daniel; Suplícote Señor, por vuestro querido mártir, que me libréis de todos los peligros de este gran rio de Babilonia, y me concedéis la gracia especial que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Tres Padre nuestros y tres Ave Marías, con la Oración suplícote Daniel Santo, Antífona y Oración como el primer día.

DÍA SÉPTIMO.
Dios y Señor, a cuyo alto dominio se sujeta todo lo criado, por cuya especial providencia fue libre el glorioso mártir Daniel de la indomable brutalidad de bestias fieras, que irrigadas para que despedazasen su santo Cuerpo, se postraron reverentes a sus pies, confundiendo con su no esperada mansedumbre la ferocidad de los- tiranos jueces; Suplícote Señor, por los méritos de tu ilustre mártir, me libréis de la fiereza brutal de mis pasiones desordenadas, que como bestias indómitas amenaza a cada instante mi perdición, y me concedáis la especial gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Tres Padre nuestros y tres Ave Marías, con la Oración suplícote Daniel Santo, Antífona y Oración como esta dicho.

DÍA OCTAVO.
Dios y Señor, justo remunerador de las buenas obras, que quisisteis  premiar las muchas virtudes de vuestro amante hijo Daniel, con la corona de mártir, por medio de una cruel cuchilla que le cortó la cabeza, mereciendo el bendito cuerpo descabezado subir triunfante a la eterna unión de su cabeza Cristo y lavando su estola en la sangre del cordero, seguirle y acompañarlo como grande de la Corte Celestial; ruégote Señor, por los méritos de este gran valido vuestro, que me concedáis una muerte dichosa, con la gracia, y la que ahora os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Tres Padre nuestros y tres Ave Marías, con la Oración suplícote Daniel Santo y antífona Oración como esta dicho.

DÍA NONO.
Dios y Señor, que con repetidos milagros publicáis al mundo la Santidad de vuestros escogidos, como testimonio público de su gloria , y también la habéis manifestado en vuestro querido mártir Daniel, obrando por su intercesión tantos prodigios, que por ellos persiguió-el tirano, su bendito cuerpo difunto, como cuando estaba vivo, por cuya persecución vino el Santo Cuerpo a descansar en el Principado de Cataluña, haciendo muchas veces feliz con su especial protección y continuos milagros a aquel País: Ruégote Señor, por la intercesión de tan poderoso Abogado, me concedáis todas las gracias que ¡necesite para él. Cuerpo, y para el alma, y en particular la que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Tres Padre nuestros y tres Ave Marías, con la Oración suplicote Daniel Santo. Antífona y oración, como está dicho al primer día.
En este último día, ó en otro de la Novena. Se ha de confesar y comulgar para merecer con esta última disposición el favor que se desea, y pide, sino lo hubiese ya; conseguido, que en tal caso servirá para dar gracias a Dios y al Santo.

BREVE HISTORIA DE LA VIDA Y MARTIRIO DE SAN DANIEL.
 Fue san Daniel Armenio de nación, su patria la ciudad de Quilíquia, tuvo ilustre cuna en la casa de sus padres el conde Patrijuie y la condesa Ulíana, ésta católica y aquel hereje imaginario. Imperaba en el Oriente, Teófilo el perseguidor de las santas imágenes, a quien sucedió en el imperio su hijo Michael, tercero de este nombre, tan heredero de su tiranía, como de su sangre. Muerto el conde Patrijuie, se retiró Daniel con su buena madre Uliana, a la ciudad de Momestía, donde se ocupó en servir a los pobres de un hospital y en todo género de virtudes, hasta que Dios nuestro Señor le llamó a la vida solitaria. Partió con la bendición de su madre al rio Jordán y guiado de un ángel hizo mención  en un ameno  monte allí vecino. No dejó el demonio invención con que engañar al santo anacoreta, pero Daniel fortalecido con especiales gracias del Cielo venció tan fuertemente sus engaños que se hizo temer de toda la infernal bandera. Después de algunos años de vida solitaria, salió Daniel del desierto por mandato de un ángel. Y caminando a Jerusalén, se encontró con el fervoroso y penitente Crescencio, comunícaronselos sus pensamientos y de común consentimiento partieron para la ciudad de Arles en la Proensa. Aquí llegaron con felicidad y el santo Daniel predicó con tal espíritu a los Paganos, que convertía  muchos a la verdadera fe. Tuvo noticia de esta predicación de Daniel el Presidente tirano, y luego mandó que le arrojasen al fuego, atado de pies y manos pero en medio del fuego se encontraba Daniel alegre y recreado en un  Ángel. Viendo el Juez inicuo, que no aprovechaba este tormento, mandó, que aprisionado como estaba el santo mártir fuese echado en el rio Ródano, pero con segundo prodigio se dividieron las aguas sin atreverse reverentes a tocar la menor parte de su bendito cuerpo. El mismo milagro se vio en las bestias fieras, a cuya indómita voracidad fue entregado el santo Daniel, que también salió libre de ellas, como el Profeta del lago de los leones. Finalmente, queriendo Dios premiar a su fiel Siervo con la ilustre corona del martirio, murió descabezado al veinte y cuatro de abril, año del Señor, ochocientos ochenta y ocho. Siendo el santo Daniel de edad de treinta y dos años y seis meses. Reinaba entonces en el Principado de Cataluña, Guifre, llamado el Peloso, Conde de Barcelona. Hizo Dios muchos milagros por medio del difunto cadáver fue traído a la ciudad de Gerona, donde hasta hoy se venera con especial culto y devoción de todos los fieles, que reciben continuamente sus  favores.

GOZOS
Del glorioso mártir san Daniel.
Martir de grande valor 
a vuestro Dios siempre fiel, 
amparadnos con amor, 
glorioso san Daniel
Como la rosa entre abrojos, 
al nacer dais suavidad, 
y de una gran santidad, 
dais indicios a los ojos: 
pues abrazais con fervor 
la Fe, siendo el Padre infiel, 

Amparadnos, &c.

A los trece años de edad, 
vuestra santidad conquista, 
a imitación del Bautista, 
al mundo y su vanidad, 
rindiendo vuestro valor, 
sus engaños de tropel,

Amparadnos, &c

Tal fue vuestra penitencia, 
que al desierto edificó, 
y en el ayuno imitó;
La mas sagrada abstinencia 
Pues de nuestro Redentor
Tiene muy justo  el nivel,

Amparadnos, &c.

Si angeles administraron
alla a Cristo la comida;
a vos el pan de la vida
os le llevaron
mereciendo este favor,
por ser su imitador fiel
Vuestro cuerpo respetaron;
animales y elementos

Amparadnos,&c.

Pues estando a los tormentos
los mas bravos se amansaron:
deponiendo su furor,
aun el mas fiero y cruel 

Amparadnos, &c.

Como a noble caballero
de Cristo crucificado, 
muriendo descabezado, 
dais el aliento postrero; 
teniendo por grande honor 
gozar la Cruz por dosel, 

Amparadnos, &c.

Por esto sois tan valido
en la gran corte de Dios 
y el que se ampara de Vos, 
se halla muy favorecido: 
vuestro amor es protector 
de cuantos fían en él, 

Amparadnos, &c.

En todas necesidades
socorréis al que os reclama: 
así lo dice la fama,
que pregona estas verdades: 
pues confirma su clamor
las que describe el pincel,

Amparadnos, &c.

Tantos milagros obráis,
en hallar cosas perdidas,
en sanar males y heridas
que a todo el mundo admiráis: 
del pasmado bienhechor,
que rendida a  vuestros pies,
vos venérea singular:
vos aplaude vencedor,
coronado de laurel,

Amparadnos, &c.

os llama el devoto fiel,

Amparadnos, &c.

Cultos os da sin cesar,
esta Cofradía pues,
sois nuestro fiador,
y abogado siempre fiel. 
Amparadnos con amor, 
glorioso san Daniel.
Y Gloria, honore coronasti eum 
Domine. Et constituisti eum super omnia 
opera tua.

Oremus.

Praesta quaesumus Omnipotens Deus ut íntercedente Beato Daniele Martire tuo, & a cuctis adversitatibus liberemur in corpore, & a pravis cogitationibus mundemur in mente. Per Christum Dominum nostrum. Amén.

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